Superar los bloqueos mentales puede conducir a avances en la báscula

Mujer sonriente haciendo jogging con una chaqueta deportiva azul claro.Cuando se trata de perder peso, la mayoría de las personas se centran en las calorías, los ejercicios y el número que aparece en la báscula. Si bien estos factores son importantes, a menudo se subestima el papel de la actitud y la salud mental. Un proceso de pérdida de peso sostenible no comienza solo en el gimnasio o en la cocina; comienza en la mente.

Las investigaciones demuestran de forma constante que una actitud positiva y una salud mental sólida son fundamentales para alcanzar y mantener los objetivos de pérdida de peso. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el estrés y los problemas de salud mental pueden provocar una alimentación emocional y una mala toma de decisiones en relación con la comida y el ejercicio. El estrés crónico también aumenta los niveles de cortisol, que están relacionados con el aumento de peso, en particular en la zona abdominal.

Por otro lado, adoptar una mentalidad de crecimiento puede mejorar sus posibilidades de éxito. Una mentalidad de crecimiento enfatiza que las habilidades y los resultados pueden mejorar con esfuerzo y persistencia. Las personas con esta mentalidad son más propensas a ver los reveses como oportunidades de aprendizaje en lugar de fracasos, lo que las ayuda a mantenerse comprometidas con sus objetivos de pérdida de peso.

La salud mental como base de la salud física

La salud mental no solo influye en los esfuerzos por perder peso, sino que está entrelazada con el bienestar físico general. Una mala salud mental puede provocar trastornos del sueño, falta de energía y falta de motivación, todo lo cual puede obstaculizar los esfuerzos por perder peso. La Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA) destaca que las personas con afecciones de salud mental no tratadas tienen un mayor riesgo de sufrir obesidad y otras enfermedades crónicas.

Por el contrario, los esfuerzos por perder peso pueden tener un impacto positivo en la salud mental. La actividad física libera endorfinas, que mejoran el estado de ánimo y reducen los síntomas de depresión y ansiedad. Además, lograr pequeños hitos, como cocinar una comida saludable o completar una sesión de ejercicios, puede generar confianza en uno mismo y mejorar la resiliencia mental.

Estrategias prácticas para una mentalidad más saludable

  1. Establecer metas realistas:Las expectativas poco realistas pueden provocar frustración y agotamiento. En lugar de apuntar a una pérdida de peso rápida, concéntrese en un progreso gradual, que puede ser más seguro y más eficaz para el éxito a largo plazo.
  2. Practica la atención plena:Comer conscientemente (prestar atención a las señales de hambre y saborear las comidas) puede reducir los atracones y mejorar tu relación con la comida.
  3. Abordar la salud emocional:Si el estrés o las dificultades emocionales están impulsando hábitos poco saludables, considere la posibilidad de acudir a terapia o asesoramiento. La terapia cognitivo-conductual (TCC), por ejemplo, ha demostrado ser eficaz para controlar la alimentación emocional y mejorar los resultados de la pérdida de peso.
  4. Celebre las pequeñas victorias:Reconoce tus avances, por pequeños que parezcan. Celebrar las pequeñas victorias puede generar una sensación de logro y mantenerte motivado.

La pérdida de peso no se trata solo de dieta y ejercicio; es un proceso holístico que requiere atención a la salud mental y la actitud. Si cuida su bienestar emocional, podrá desarrollar la resiliencia necesaria para seguir adelante y disfrutar de una vida más saludable y plena.