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Los médicos usan las siguientes pruebas para obtener imágenes del cerebro:

Electroencefalograma (EEG)

Un EEG proporciona un registro de la actividad eléctrica que ocurre en el cerebro. Un técnico conecta una máquina de EEG a partes específicas de la cabeza de un paciente utilizando cables y electrodos. Los electrodos captan señales de las diferentes partes del cerebro y grafican esas señales como ondas que cambian según la actividad. La epilepsia a menudo produce ondas cerebrales anormales no solo durante las convulsiones, sino también en otros momentos. Los médicos en el Centro de Epilepsia pueden interpretar la información de los cuadros para ayudar a hacer un diagnóstico.

Imagen de Resonancia Magnética (MRI)

Una resonancia magnética toma imágenes detalladas del cerebro mediante el uso de un campo magnético y pulsos de energía de ondas de radio. Puede detectar vasos sanguíneos anormales, tumores, tejido cicatricial y otras lesiones que pueden ser responsables de producir convulsiones.

Tomografía por emisión de positrones (PET)

Una exploración PET utiliza un material radioactivo llamado marcador para resaltar áreas de preocupación en el cerebro.

Tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT)

Se realizan dos escaneos del cerebro para esta prueba: uno durante una convulsión y otro mientras el cerebro funciona normalmente. El material radiactivo se utiliza para resaltar las secciones activas del cerebro y se comparan los dos escáneres. El foco de las convulsiones (el área que está produciendo convulsiones en el cerebro) se resalta restando la exploración sin convulsiones de la exploración de convulsiones. Esta prueba a menudo ayuda enormemente a los médicos a tomar decisiones quirúrgicas.