La isquemia crítica de las extremidades es una forma grave de enfermedad arterial periférica (EAP) caracterizada por un bloqueo severo en las arterias de las extremidades inferiores que puede reducir significativamente el flujo sanguíneo. Tal flujo sanguíneo deficiente puede causar dolor severo en las piernas y los pies cuando una persona no se mueve o provocar llagas que no cicatrizan en los pies o las piernas. Si no se trata, la isquemia crítica de la extremidad podría hacer necesaria la amputación de la extremidad afectada.

Los signos más comunes de isquemia crítica de las extremidades incluyen:

  • Dolor o entumecimiento en los pies.
  • Piel brillante, lisa y seca de las piernas o los pies.
  • Engrosamiento de las uñas de los pies
  • Ausencia o disminución del pulso en las piernas o los pies.
  • Llagas abiertas, infecciones de la piel o úlceras que no sanarán
  • Gangrena seca (piel seca y negra) de las piernas o los pies.

La mayoría de los pacientes tienen múltiples bloqueos arteriales, incluidos bloqueos de las arterias debajo de la rodilla. Para acceder a las arterias, los médicos del Hospital de la Universidad George Washington utilizan procedimientos mínimamente invasivos para ayudar a restaurar el flujo sanguíneo oxigenado a las áreas afectadas de la piel. Esto implicó insertar un catéter, con anestesia local, en la ingle para acceder a la parte enferma de la arteria.

Se pueden usar varias herramientas y técnicas para despejar la arteria o evitar la arteria:

  • Angioplastia: An radiología intervencional técnica en la que se inserta un pequeño globo a través del catéter. Cuando el globo llega al sitio del bloqueo, se infla y desinfla para abrir la arteria.
  • Globo de corte: Se utiliza un globo con microcuchillas para cortar la superficie de la placa y mejorar el flujo sanguíneo.
  • Globo frío (crioplastia): Se infla un globo con óxido nitroso para congelar la placa.
  • stents: Se pueden insertar diferentes tipos de stents metálicos en la arteria a través del catéter y dejarlos en su lugar para proporcionar soporte a las paredes de los vasos
  • Aterectomía con láser: La punta de una sonda láser se usa para vaporizar pequeños trozos de placa
  • Aterectomía rotacional direccional: Se utiliza un catéter con una cuchilla de corte giratoria para eliminar la placa de la arteria.

La recuperación de estos procedimientos generalmente toma uno o dos días, y la mayoría de estos procedimientos se realizan de forma ambulatoria.

En algunos casos, se puede realizar un injerto de derivación. Este procedimiento quirúrgico utiliza un tubo artificial o una vena del cuerpo del paciente como una nueva arteria para llevar un flujo sanguíneo mejorado al área necesaria, evitando el lugar donde se restringe el flujo sanguíneo. En algunos casos, los cirujanos pueden abrir la arteria y raspar la placa para restaurar la arteria a una condición utilizable. La hospitalización después de una operación de derivación varía de unos pocos días a más de una semana. La recuperación de la cirugía puede llevar varias semanas.