Sin exposición a la radiación

Las imágenes por resonancia magnética (IRM) utilizan ondas de radio y un fuerte campo magnético para crear imágenes claras y detalladas de los órganos y tejidos internos. Dado que la resonancia magnética no usa rayos X, no se involucra exposición a la radiación. La resonancia magnética es útil para diagnosticar enfermedades en todas las partes del cuerpo, incluyendo cáncer, enfermedades vasculares y cardíacas, anomalías del hígado y de los conductos biliares, apoplejía y otras enfermedades neurológicas, así como trastornos articulares y musculoesqueléticos.

Cómo funciona una resonancia magnética

Un examen de resonancia magnética dura aproximadamente de 30 a 50 minutos y consta de varias series de imágenes. La mayoría de los estudios requerirán una pequeña inyección intravenosa de un agente de contraste para resonancia magnética que generalmente contiene gadolinio metálico. El contraste de resonancia magnética no contiene yodo, un elemento que se usa en otros agentes de contraste para radiografías o tomografías computarizadas. Cada año se realizan miles de resonancias magnéticas y la tecnología ha mejorado este sistema tanto que un médico puede obtener imágenes de anomalías en cuestión de segundos.

Candidatos para resonancia magnética

No todos pueden ser escaneados usando este proceso. Las personas muy grandes, los que usan marcapasos, los que pueden tener fragmentos de metal en los ojos por lesiones anteriores, los que tienen implantes metálicos recientes o algunos clips quirúrgicos y los que son claustrofóbicos a menudo no pueden escanearse con seguridad.